lunes, 12 de octubre de 2015

Campeonato mundial

  Campeonato mundial

Era la tercera vez que Kasparov y Karpov se medían por el campeonato mundial, ya que el encuentro iniciado en 1984 fue dejado sin efecto por la federación internacional. Toda la competencia por el título está atrasada, debido a las maniobras de la Unión Soviética que, con la complacencia del presidente de la FIDE, ha actuado con manifiesta parcialidad en beneficio de Karpov.
En 1986 correspondía una nueva confrontación por el título, y apenas está empezando el desquite establecido como un privilegio para Karpov. El encuentro de revanchafue suprimido hace un cuarto de siglo, ya que resulta contraproducente y traba el legítimo ascenso de nuevos grandes maestros con pretensiones de ser campeón.
Falta todavía concluir la selección del próximo desafiante. Los grandes maestros rusos Artur Yusupov y Andriei Sokolov, deben jugar un match eliminatorio, y su ganador enfrentará después al derotado en el cotejo Karpov-Kasparov. Probablemente, habrá lucha por el título de también en 1987 y 1988, en que finalmente quedará regularizado el cilco de dos años entre cada desafío. Es importante que el campeón disponga de tiempo para intervenir en torneos magistrales, en diversos lugares del mundo, pues ello favorece la difusión del juego y estimula un constante mejoramiento de su nivel teórico. Karpov, entre 1975 y 1983, fue permanente animador de tales torneos incluyendo lo que jugó en Buenos Aires y Mar del Plata.
Lo que contunúa sin modificaciones, es el predominio de los maestros soviéticos. Con la única excepción del genio americano Robert Fischer, que ganó el título en 1972 y abandonó luego el ajedrez, ningún otro ajedrecista occidental ha logrado acercarse al campeonato mundial. La superioridad de la escuela soviética reposa, en primer lugar, en la milenaria tradicción ajedrecística del país y en los millones de aficionados que estudian sistemáticamente el juego. Y además, en el apoyo oficial, pues el gobierno comunista utiliza el ajedrez como elemento de propaganda política. Pero, para ser justos hay que recordar que ya antes de la revolución bolchevique el ajedrez de Rusia era del mayor nivel, como lo prueba la figura de Alejandro Alekhine. Sólo que, en esos tiempos, Alemania tenía un Lasker y América Latina un Capablanca. Ahora, existe un verdadero monólogo soviético.
La forma de disputa del campeonato mundial está pensada también para perpetuar la supremacía rusa. El certámen nacional soviético constituye un zonal por sí mismo y la cantidad de maestros rusos presentes en cada instancia, permite ciertos arreglos que postergan a los competidores de otros países. Esto ya fue denunciado por Fischer hace veinte años y solo él hubiera podido cambiarlo; por desgracia, el maestro americano abdicó el título en su momento de gloria y las cosas volvieron a quedar como antes.

Pero tampoco hay que equivocarse en la apreciación objetiva de la relación de fuerzas. El maestro holandés Jan Timman llegó a los cuartos de final del último certamen de candidatos y, cuando le tocó con Yusupov, incluso como local, fue batido de manera inapelable.

Tesoro 

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