Muchos sostienen que es criterio casi universal creer que la fuerza ajedrecística del "talento" la trae desde la cuna, como si su cerebro hubiera sido tocado con una varita mágica.
Esta es una creencia equivocada. Si nos ponemos a analizar todos los "talentos" que nos impresionan o impresionaron en algún momento, seguramente llegaremos a la conclusión que ellos eran también grandes "eruditos". Entonces, se puede comprender con claridad el significado real de "talento", que consiste en la predisposición natural del sujeto para evaluar los caracteres de una determinada posición, creando y generando ideas superiores a la capacidad del hombre común, pero concibiendo en base a firmes conocimientos teóricos, sin ninguna duda, adquiridos mediante el estudio.
No obstante también es necesario tener en cuenta que el Ajedrez es una manifestación eminentemente artísitca y no puede sustraerse a la norma fundamental que rige a las Artes, como expresión del sentimiento humano, donde la erudicción no pudo superar al talento creativo, como tampoco éste pudo realizarse sin los conocimientos básicos.
Entonces, para poder desplegar todas las dotes del "talento natural" se hace necesario poseer el conocimiento razonado de la leyes, conceptos y bases fundamentales que hacen al juego de ajedrez.
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