La mayorías (por no arriesgarme a decir todos) conoce la frase de Aaron Nimzowitch "La amenaza es más poderosa que la ejecución". Esto puede traducirse en que no siempre es necesario concretar un ataque, sino que también se puede aprovechar la pérdida de tiempo en defender del rival para obtener un triunfo por otra vía.
Garry Kasparov se "aprovecha" de esta frase para compararlo con un hecho bélico fundamental para la humanidad. En su libro "Cómo la vida imita al ajedrez" (que lentamente sigo disfrutando) dice: "Antes del Día D, los agentes dobles de los aliados hicieron creer a los nazis que el ataque principal llegaría por el paso de Calais, provocando que Hitler enviara a Rommel y a sus tropas de élite lejos de la zona real de invasión.
Además indica que la frase de Nimzowitch también se refiere a la percepción, tal como reza un viejo dicho de Wall Street: "Compra el rumor, vende las noticias". Anticipar algo que va a suceder puede ser más efectivo que el acontecimiento en si mismo, o, dicho de otra manera no se puede aislar del propio acontecimiento. El impacto es el impacto. Gritar "¡Fuego! en un teatro abarrotado provoca, al menos a corto plazo la misma reacción, haya o no haya fuego".
Después habla de la defensa, señalando que "para ser justos, la defensa es más racional que el ataque en muchos aspectos" y coloca el ejemplo de una máxima militar que dice que para que el ataque triunfe debe triplicar las fuerzas de los defensores, cuando "en el ajedrez solemos conformarnos con una simple mayoría".
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