Veamos.
El 4 veces campeón de Australia Cecyl Purdy (también campeón del mundo por correspondencia) se estaba jugando su quinta corona de campeón de su país, si ganaba en la última ronda lo lograría.
El azar de los destinos hizo que su rival en esa última ronda fuese John Spencer Purdy... su hijo.
Muchos especularon con que el hijo dejaría ganar al padre, pero a las pocas jugadas pudo
verse que esto no sería así. Tras una dura lucha John Purdy venció a su padre, con lo que este se quedó sin el título.
Al recibir el jaque mate de su hijo Cecyl se levanto de su asiento, se secó el sudor y comentó medio en broma:
- ¡Esto ocurre por enseñlarle a jugar ajedrez a los hijos!.
Spraggett
Dejemos hablar a Ke-vin.Spraggett.
Recuerdo una conversación que tuve hace unos años con Spassky. Estábamos hablando de
Víctor Korchnoi "El Terrible". Boris y Víctor habían sido adversarios en lo deportivo y en lo personal durante más de cuarenta años, y habían jugado más de 60 veces en competi-ciones oficiales (incluyendo dos finales de Candidatos). Sólo Karpov puede presumir de haber jugado más veces con él. Boris llegó a decir que Korchnoi tenía todas las cualidades necesarias para
convertirse en campeón mundial, pero que le faltaba una muy importante, y que era la que le
impedía conseguir el máximo título. Boris empezó a decir la lista de cualidades de Korchnoi:
- Instinto asesino (nadie puede comparársele)
- Fenomenal capacidad para trabajar (en el tablero y fuera de él).
- Nervios de acero (incluso con pocos segundos en el reloj).
- Habilidad para calcular (sólo Fischer podría ser mejor en esto).
- Tenacidad y perseverancia en la defensa (incomparable).
- Habilidad para el contraataque (sin rival).
- Técnica impecable (incluso mejor que Capablanca).
- Capacidad para concentrarse (increíble).
- Ajeno a las distracciones durante la partida.
- Brillante comprensión de la estrategia.
- Juego táctico superior.
- La mejor preparación en aperturas de su generación.
- Gran psicólogo.
- Deseo sobrehumano de vencer (sólo igualado por Fischer)
- Profundo conocimiento de sus adversarios.
- Enorme energía y auto disciplina.
En este momento Boris dejó de hablar y me miró, como pidiéndome que le hiciera la pregunta
necesaria.
Pregunté: "Pero, Boris, ¿qué le falta a Víctor para ser campeón mundial?"
Boris contestó, rugiendo: "No tiene talento para el ajedrez". Y empezó a reír a carcajadas.
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