Tercera parte de la publicación de Héctor Luis González, "Klaus Junge: Un capítulo cruel del ajedrez". Aquí las entregas anteriores.
Ya en 1939, en constante ascenso participó en el Torneo de Lübeck, donde logró una resonante victoria puesto que superó a 11 jugadores experimentados en un certamen con puntaje oficial. A mediados de ese año, integra el equipo del Club de Hamburgo que se impone en el turno preliminar del Campeonato por Equipos de Alemania a las representaciones de Halle y Hannover. Klaus tuvo una actuación descollante contribuyendo a que su equipo llegara a la final donde cotejó con los conjuntos de Berlín, Viena, Leipzig, Munich y Mannheiem ubicándose en la 3º colocación detrás de Berlín y de Viena.
Klaus Junge fue premiado como el mejor tablero del torneo, realizando el excelente scorer de cuatro partidas ganadas y una tablas sin conocer la derrota.
Tan destaca performance le valió que la Federación Alemana de Ajedrez le otorgara una beca para participar en un curso dictado por el maestro berlinés Schlage en Fürstenwalde, donde conoció a otros jóvenes que habían sido cuidadosamente seleccionados para perfeccionar sus conocimientos, allí conoció a la talentosa Edith Keller y al hoy gran maestro Walfgang Unzicker que por entonces contaba con 14 años de edad.
Este curso le permitió adquirir una alta preparatoria para asumir su primer torneo magistral en Nordmanrk Ostern 1940 donde fue superado por los viejos maestros Heinicke, Kordts y Brinckmann que le precedieron, pero superando a otros de la talla de Finotti, Sahtmann, Henning y Behrens. A fines de 1940 quedó segundo de Finotti en el Campeonato de Hamburgo, donde ganó brillantes partidas como frente al Dr. Törber y al maestro Sahlmann.
Ya por esta época, Klaus comenzó a apasionarse por la resolución de problemas y finales compuestos. Si bien no alcanzó a componer, envió a la redacción de la revista alemana de ajedrez un estudio sobre un problema con más 100 variantes de soluciones distintas y ganó dos concursos acertando el 100% de las soluciones exigidas, lo que demuestra con meridiana claridad el extraordinario talento que tenía para asumir esta faz del juego.
1941, resultó para el joven maestro un año estupendamente rico en cantidad y calidad de partidas jugadas. Comenzó ganando el Torneo Magistral Relámpago de Hamburgo donde obtuvo 29 puntos de 32 posibles. A fines de marzo ofreció una exhibición de partidas simultáneas contra reloj frente a 17 maestros, a beneficio de los soldados heridos en la guerra, logrando un impresionante scorer de 17 a 0, confirmando su exactitud y velocidad para el milenario juego. Días después se coronó campeón de Hamburgo al ganar el torneo de la ciudad en calidad de invicto.
Durante las pascuas volvió a intervenir en el torneo Magistral Nordmark Ostern donde se tomó desquite del año anterior, venciendo a todos los maestros consagrándose ganador. Mañana la cuarta entrega de esta apasionante historia del ajedrez mundial.
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