Dos historias: la misma pasión
(Mañana la segunda entrega)
En la primavera europea de 1960 el teatro Pushkin de Moscú, colmado de público, lo vio en su máximo esplendor. Miguel Tal destronaba a uno de los más portentosos campeones de la historia, Miguel Botvinnik y se erigía en el titular universal del juego milenario. Aquel momento de gloria quedó documentado en uno de los grandes libros que dejan para la posteridad los mejores, que el genio de Riga escribió con una pasión única. Los análisis técnicos de aquellas 21 partidas revelan la erudición de Tal y, obviamente, nos exceden.
(Mañana la segunda entrega)
Miguel Tal |
Pero no es el tema central de esta primera historia.
De aquel libro queremos rescatar sí, con no poca emoción, los comentarios del campeón mundial referidos a la conducta del público que seguía en silencio, de saco y corbata, durante muchas horas cada una de las partidas y solo quebraba su conducta al final del juego, reconociendo el esfuerzo de los contendientes con un sostenido aplauso. Aplauso que en la ronda final se tornó en una prolongada ovación de pie para ambos colosos. Ningún otro premio superior para ellos.
Conmueve releer a Tal en su libro cuando se refiere al temple, la pasión, el respeto que expresaba aquel público, fruto no solo de su cultura sino también del deleite por el conocimiento del ajedrez: “resultó muy agradable jugar en Moscú, ante el público ajedrecista más selecto, exigente, sensible y calificado del mundo entero.” Por supuesto que no exageraba.
Y también poner en un marco lo que escribe Tal de Botvinnik, al que consideraba como un auténtico maestro con una inocultable admiración. Indica Tal, además, que en el transcurso del match recibía cartas de todos los confines del mundo, de Checoslovaquia, de Bulgaria, de China, de todas partes.
Por ello a quienes intentan comprender en profundad lo que significa la auténtica pasión por el ajedrez no podemos menos que recomendar la lectura de esta verdadera joya literaria que es “Práctica de ajedrez magistral.”
Juan Antonio Castro Torres (MI ICCF)
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